El queso más rico es…de yak

7 03 2011

El yak es un bóvido que vive en condiciones climáticas extremas por lo que solo lo encontraremos en regiones como el Tibet, Mongolia, Bhutan, etc. Su leche es un alimento de referencia para los poblados adyacentes constituyendo una importante fuente tanto calórica como económica gracias a sus derivados como el queso.
En concreto, este queso presenta una composición atípica en los quesos comunes. Su gran nivel proteico y el característico perfil de ácidos grasos le confiere propiedades únicas, como por ejemplo su riqueza en ácidos grasos omega-3 y omega-6 (linolénico y linoleico respectivamente), así como la riqueza del ácido linoleico conjugado, compuesto cada vez más estudiado por sus funciones en el organismo, como por ejemplo la de contribuir a un efecto positivo en la pérdida de grasa corporal. Sin embargo, todavía faltan muchos estudios al respecto así como su inocuidad a largo plazo con dosis de referencia de este compuesto.
Todo este perfil, así como sus características organolépticas son motivo de la alimentación de altura que reciben estos animales. Pastos que crecen entre 1.800 y 3.700 metros de altura y cuya variedad de plantas se incluyen algunas con propiedades medicinales, aromáticas y nutricionales.

Sin embargo, hay que resaltar que la presencia de estos ácidos grasos, así como el acido linoleico conjugado, no es exclusivo de este animal y también podemos disfrutar de su composición con la leche de los rumiantes de nuestras zonas, pero lo que resulta curioso, es que el porcentaje de esta composición es mucho mayor en estos animales, solo existentes en países donde la variedad de alimentos que prosperan es poco abundante.

Para más información:


Acciones

Information

Un comentario

29 03 2011
Cristina Luján

Esperamos que realicen estudios sobre ello y que, en caso de no presentar ningún efecto contradictorio, se termine comercializando ya que presenta propiedades positivas y es un alimento diferente para incorporar a nuestra dieta. Por tóm4te 2

Replica a Cristina Luján Cancelar la respuesta